Sobre Nosotros

Somos Lalegre. Una compañía que cree en el teatro como espacio de cuidado, de juego y de pensamiento colectivo. Trabajamos desde el deseo, la escucha y la intuición. Nuestras obras nacen de lo íntimo para tocar lo común, o eso intentamos. Creemos en lo que se transforma cuando se comparte una historia.

Nuestro Equipo

Ana Muñoz

Ana Muñoz

Dirección

Manuel Muñoz

Manuel Muñoz

Dirección

Verónica Almeida

Verónica Almeida

Reparto

Rodrigo Arahuetes

Rodrigo Arahuetes

Reparto

Elisa Arbesú

Elisa Arbesú

Dramaturgia y reparto

Helena Ovalle

Helena Ovalle

Producción y ayudantía de dramaturga

Diego Tierra

Diego Tierra

Actor y producción

Nuestra Historia

Nos interesa lo frágil, lo torcido, lo aparentemente menor. Nos mueven las preguntas más que las respuestas, el temblor más que la certeza. Por eso nuestros procesos son largos, a veces erráticos, siempre vivos. Mezclamos lenguajes —la palabra, el cuerpo, la imagen, el sonido—buscando algo que aún no tenemos claro qué es. Tampoco importa.

Lalegre es también una forma de estar en el mundo. Una conversación abierta con el presente. Un intento de entender, a veces con más suerte, otras con menos.

Y a pesar de este texto intenso, nosotros no lo somos tanto. De hecho nuestro nombre surge de La Alegre Compañía de Pedro el Grande, zar de Rusia. Y aunque muchos programadores nos dicen “Qué nombre más hippie”, bueno, no surge exactamente de ahí, si os pica la curiosidad, os contamos:

La "Alegre Compañía" (en ruso, "Всешутейший, всепьянейший и сумасброднейший собор", que se traduce como "El Muy Juguetón, Muy Borracho y Muy Loco Concilio") fue una especie de sociedad paródica fundada por Pedro el Grande, zar de Rusia, a finales del siglo XVII.

Este grupo, compuesto por cortesanos, amigos personales y personajes excéntricos de la nobleza y el ejército, se reunía para satirizar las formas del poder religioso y político, especialmente el clero ortodoxo, al que Pedro criticaba por su resistencia a las reformas. Se vestían con atuendos eclesiásticos falsos, inventaban rituales absurdos y celebraban banquetes excesivos, cargados de alcohol, bromas y parodias.

Aunque pueda parecer sólo una extravagancia, esta compañía tenía una función política importante: simbolizaba el rechazo del zar al orden tradicional, su intención de romper con la vieja Rusia y su búsqueda de modernización a la europea. Fue también una herramienta para consolidar su círculo de confianza y ensayar nuevas formas de poder y autoridad

Gracias por leernos y gracias por venir a vernos, porque sin público no hay teatro, ¿o sí? No sé, igual deberíamos hacer una obra de esto.

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